WASHINGTON – En un giro decisivo en la política migratoria de Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha anunciado, durante una llamada con periodistas en el día de su inauguración, la declaración de “una emergencia nacional en nuestra frontera sur”. Esta medida es parte de una serie de órdenes ejecutivas que la administración entrante planea implementar para abordar lo que describió como una “invasión” que amenaza la seguridad nacional y pública.
La llamada fue una vista previa de las políticas migratorias más estrictas que la administración espera poner en marcha, haciendo hincapié en la necesidad de proteger al pueblo estadounidense de “los criminales más violentos y abusivos” que, según los funcionarios, han cruzado la frontera en los últimos años. “Esto termina hoy”, afirmaron contundentemente.
Entre las medidas más relevantes, la administración tiene la intención de desplegar tropas armadas y miembros de la Guardia Nacional en la frontera, señalando que esto permitirá construir un muro a lo largo de la frontera sur, una promesa recurrente en la plataforma de Trump desde sus primeros días en el cargo. Esta estrategia, sin embargo, aún depende de la cooperación de México y podría enfrentar desafíos legales significativos.
Un funcionario entrante indicó que el Departamento de Defensa recibiría instrucciones para erigir barreras físicas y utilizar nuevas capacidades contra sistemas aéreos no tripulados (UAS) para mejorar la vigilancia y el control de la frontera. A pesar de los planes, no se precisó cuántas tropas se desplegarán, dejando en el aire la magnitud de este esfuerzo.
Además, la administración busca aclarar el rol de los militares en la “protección de la integridad territorial de Estados Unidos”. Los militares recibirán órdenes para preparar operaciones que combatan la migración ilegal, el narcotráfico y otras actividades delictivas.
El restablecimiento de la política de «permanencia en México» también se encuentra en el horizonte. Esta política, que insiste en que los solicitantes de asilo permanezcan en México mientras se procesan sus solicitudes estadounidenses, requiere la colaboración del gobierno mexicano. Sin embargo, sigue siendo un punto de controversia y complicaciones diplomáticas.
Trump tiene la intención de clasificar a los cárteles de drogas como “organizaciones terroristas extranjeras”, lo que, según la administración, permitiría una respuesta más robusta contra estas organizaciones criminales. Las palabras del funcionario resaltan la gravedad del problema, al afirmar que la organización venezolana “Tren de Aragua” se considera una “fuerza armada irregular” que invade el territorio estadounidense.
Por otro lado, una de las medidas más controversiales será la de “poner fin al asilo” para quienes crucen entre los puertos de entrada, lo que generará un proceso de expulsión inmediata. Basado en la legislación actual, este cambio se enfrenta a posibles obstáculos legales, dado que los solicitantes de asilo tienen derecho a presentar su solicitud una vez que lleguen al país.
La administración también planea suspender el realojamiento de refugiados durante al menos cuatro meses, así como cerrar las puertas a la ciudadanía por derecho de nacimiento, una iniciativa que se basa en la interpretación de la Enmienda 14. Esta última acción apunta a restringir la ciudadanía automática de los hijos de inmigrantes indocumentados.
La nueva administración intensificará además la investigación de antecedentes y la detección de extranjeros ilegales, ordenando a las agencias que alerten al presidente sobre la entrada de migrantes procedentes de “países de especial preocupación”.
Con el objetivo de mejorar la cooperación entre agencias, se crearán “grupos de trabajo de seguridad nacional” para abordar delitos relacionados con bandas y delincuentes. Una medida aún más drástica incluye la restauración de la pena de muerte para los inmigrantes que asesinen a agentes de la ley, alentando a fiscales estatales y distritales a tomar la misma posición.
A medida que estas políticas se desarrollen, la administración de Trump enfrenta un panorama complicado. Las promesas de mano dura en la frontera y restricciones a la inmigración ya han desencadenado un debate intenso tanto dentro como fuera del gobierno. Los próximos días revelarán la efectividad de estas medidas y la respuesta de los sectores involucrados, que incluyen no solo a legisladores y defensores de los derechos de los inmigrantes, sino también a los gobiernos de las naciones cercanas y a las comunidades que se verán directamente afectadas.
La declaración de emergencia nacional marca un nuevo capítulo en la política migratoria de Estados Unidos, estableciendo un claro mensaje sobre las prioridades de la administración de Trump. Con la implementación de estas medidas, el país se prepara para una nueva era de debate en torno a la migración y la seguridad en la frontera sur.